Alto Imperio de Pertinax a Herenio

Pertinax (Enero 193-Marzo 193)

©Trustees of the British Museum
 

Pertinax nació el 1 de Agosto del 126, era hijo de un liberto (esclavo liberado) por lo que aunque nació libre, siguió sirviendo de alguna forma al patrón de su padre. A pesar de que su carrera se inició como gramático, su carácter fuerte y rudo le llevó a convertirse en oficial de una cohorte, para posteriormente convertirse en Tribuno militar durante diferentes campañas bélicas en la frontera Norte.

Su fidelidad a Marco Aurelio quedó patente a través de los diferentes éxitos militares en los enfrentamientos con los marcómanos (tribus germanas) que duraron 24 años y que afectó incluso al imperio de Cómodo. Aun así la fama de Pertinax no era la de un hombre de prestigio y rango sino la de un gran militar, motivo por el cuál fue nombrado Cónsul suffectus en áreas complejas como la que englobaba la frontera del Danubio, Siria o la misma Britania.

Aun así el periodo consular no fue fácil para Pertinax, apartado por el mismo senado fue enviado a sofocar las rebeliones de las tropas britanias en las que casi muere, a modo de venganza hizo matar a todos los que habían participado en la revuelta, ganándose laa fama de cruel y despiadado. De vuelta a Roma, fue nombrado prefecto de la ciudad.

El 31 de diciembre del 192, el emperador Cómodo es asesinado tras una conspiración de su guardia, de su amante y de Ecleto, ante ese vacío de poder Pertinax se presenta en la Castra Pretoria y es nombrado emperador por los propios militares, su imperio apenas duró 86 días, muy probablemente debido a que su nombramiento iba condicionado a la cantidad de dinero que los pretorianos deseaban recibir tras su coronación. 

Pertinax intentó en un principio ejercer de hilo conductor de la tarea iniciada por Marco Aurelio, pero no fue en ningún caso posible, teniendo las legiones en su contra finalmente fue abatido en una emboscada en las calles de la ciudad donde un grupo de guardias armados le dieron muerte, era el 28 de Marzo del año 193. Con él se iniciaba un periodo trágico y convulso en el que ser emperador era más un suicidio que un cargo.

 

Didio Juliano (Marzo 193-Junio 193)

©Trustees of the British Museum
 

Didio Juliano, también conocido como Juliano I, nació en Mediolanum (Milán) el 30 de Enero del año 133. De familia aristocrática y con lazos estrechos con la familia imperial, había crecido bajo el influjo de la educación de la madre del emperador Marco Aurelio.

Durante varios años ocupó bastantes cargos públicos en diferentes provincias romanas tanto del Este como del Oeste, entre ellas el de pretor en Gallia Bélgica. Debido a su contención de las lineas romanas en una insurrección germana en el 175, consiguió ganarse el beneplácito del Senado siendo nombrado Gobernador en Iliria, en Germania, en Bitinia, en África y finalmente en Asia, cargo que ocupará hasta el 193. 

Con el asesinato de Pertinax, directamente se subasta el cargo de emperador al mejor postor, eso implicaba que el nuevo emperador debía abonar una cantidad a los pretorianos para asegurarse el apoyo militar. A pesar de que este hecho escandalizaba al pueblo y al propio senado, el poder de los pretorianos alcanzó tal nivel que fue aceptado por el gobierno de Roma ante el temor de un derramamiento de sangre. Juliano acordó una cantidad que alcanzó los 25000 sestercios por cabeza, venciendo a su principal oponente, el suegro de Pertinax.

Juliano I, se apresuró en intentar ganarse las impatías de los caballeros y los militares pero lamentablemente tres de los principales generales apostados con sus legiones en Panonia, Germania y Siria iniciaron una revuelta con el fin de entrar en Roma y destronar a Didio Juliano, sus nombres Clodio Albino, Pescenio Niger y Septimio Severo. 

A pesar de que Juliano había sido un gran militar, no pudo más que contener con unos pocos hombres (ya que muchos habían desertado), las murallas de la ciudad. Ante tal panorama decide dar un glope de efecto enviando al prefecto del pretorio a Severo con el encargo de formar un gobierno de dos emperadores. Severo rechaza la oferta, mata al emisario y emplaza al ejército a que entregue a los asesinos de Pertinax y juren fidelidad a la causa de Severo. Con las tropas de su lado, el senado acepta y nombra emperador a Septimio Severo, dejando a Juliano a su suerte. Finalmente es asesinado en palacio el 1 de Junio del 193, un imperio que sólo había durado poco más de dos meses. 

 

Septimio Severo (Junio 193-211)

 
©Trustees of the British Museum
 

Hay personalidades que marcan un punto de inflexión, bien sea por su carisma, por suerte o por una combinación de ambas, la llegada de Septimio Severo refleja sin duda la capacidad de gestionar un momento extremadamente complejo en el que el poder no está en manos del pueblo ni del senado sino en un grupo militar que vende cargos al mejor postor.

Nacido en Leptis Magna (Libia) era la combinación de padre bereber-púnico y madre Africano-romana, su familia totalmente romanizada había ocupado diversos cargos de relevancia en su país adquiriendo cierto renombre social. Casado en segundas nupcias con Julia Domna, originaria de Siria y con lazos consanguíneos con la realeza, comienza una ascendente carrera senatorial en Roma que le llevará hasta a Lugdunum (Lyon) y posteriormente como legatus en Panonia, donde se pondrá al frente de tres legiones. 

Su faceta como militar sin duda marcará toda su vida, de tal forma que mientras Severo controlaba las fronteras, en Roma se libraban los dos episodios más escandalosos, el asesinato de Cómodo y el nombramiento y asesinato de Pertinax.

Ante tal vacío de poder, y con la sensación de que Didio Juliano no era merecedor de tal honor, es nombrado emperador por sus tropas y decide marchar hacia Roma con sus legiones. Otros homólogos como Pescenio Niger y Clodio Albino deciden seguir el mismo camino que Severo, pero éste mucho más hábil logra ser nombrado emperador por el propio senado, temeroso de una guerra civil y de represalias posteriores. 

Clodio y Pescenio rehusan aceptar al nuevo emperador, obligando a Severo a iniciar una guerra civil que se iniciará con el aplastastamiento de las tropas de Pescenio en Issos en el 194. Con Clodio no obstante, Severo logró pactar in extremis un nombramiento de César y un consulado, manteniendo de esta forma a las magníficas tropas de Clodio en stand by. Este frágil acuerdo quedo sin efectos tras la victoria de Severo contra los partos, donde el emperador declaró a Clodio enemigo de Roma aplastándolo finalmente en Lyon.

Roma, es entonces cuando rinde homenaje a su César con uno de los arcos más espectaculares del mundo romano y que a día de hoy puede ser contemplado en su grandeza en el corazón del foro romano.

Con este arco triunfal que ensalza su victoria contra los partos, se inicia un reestablecimiento del órden social y senatorial, alcanzando su punto culminante en la gestión de Severo contra los pretorianos que habían asesinado a Pertinax, siendo eliminados y sustituídos por militares afines a Severo. Con este gesto, el emperador hace patente su mano férrea contra los instigadores y su voluntad de forjar una dinastía familiar a través de sus hijos Geta y Caracalla.

Como administrador podemos decir que Severo supo lidiar con los frentes que hasta el momento habían estado abiertos, para ello inició una serie de medidas que ayudaban a los militares, en sueldo, entrega de grano y conciliación familiar. En el plano de administración pública y social dispuso que los prefectos del pretorio se encargaran de asuntos jurídicos, repartió aceite gratuito y embelleció la ciudad a través de la rehabilitación de antiguos edificios públicos y la construcción de nuevos como los cimientos de las que serían las Termas de Caracalla.

No obstante, su gran contribución se estableció en las provincias del Este y del Norte de África de donde era originario. Con él llegaron las infraestructuras y construcción de elementos de culto y uso social que engrandecieron su nombre a lo largo y ancho del imperio. Rodeado de grandes juristas y consejeros imperiales supo gestionar de forma efectiva y con mano de hierro una administración colapsada y un senado impávido.

Acompañado por sus dos hijos, viaja a Britania en su enfrentamiento con los caledonios, muriendo finalmente por causas naturales en el 211 a la edad de 65 años.

 

Geta y Caracalla (211-217)

©Trustees of the British Museum
 

Severo, había supuesto una estabilidad en el imperio, y creyó que sus hijos prolongarían ese modo de gestionar Roma, pero mantener un imperio bajo dos mandos no se correspondía con los intereses de Caracalla. Durante el reinado de Septimio, el emperador había nombrado a sus dos hijos co-emperadores, y aunque Caracalla, llamado así por su capa de origen Galo, era el Augusto y heredero, ambos debían gozar del mismo estatus. Tras la muerte de Septimio, ambos herederos recelaron del otro, cada uno de ellos disponía de partidarios y de legiones fieles por lo que se hacía difícil una administración compartida. 

Caracalla en un ataque directo o bien como defensa antes de que Geta hiciera lo mismo, asesina a su hermano que cae herido de muerte sobre los brazos de su madre. Sólo habían pasado 10 meses desde la muerte de Severo, y ahora el gobierno de Roma estaba bajo el dominio del primogénito.

El resentimiento con Geta fue de tal índole que Caracalla aplicó la Damnatio Memoriae a su hermano, siendo eliminada su efigie de todos los monumentos en los que figuraba, intentando borrar su recuerdo para siempre. 

Tras el asesinato de Geta así como de miles de personas más bajo sospecha, Caracalla ya en solitario y con el nombre de "Marcus Aurelius Antoninus Basianus" decide irse de Roma con sus legiones para sofocar las revueltas con los germanos, mientras se va generando un rechazo de los romanos a las actitudes y acciones acometidas por el emperador.

Caracalla  tras pacificar la zona Norte decide seguir con su periplo de control de las fronteras trasladándose hacia el Este, Grecia y Alejandría, prefería las compañías de los legionarios que volver a una Roma recelosa y carente de afecto hacia él. No obstante, el prefecto del pretorio llamado Macrino ya había empezado a urdir un complot que acabaría con la vida del emperador. Para ello, no hizo falta la vuelta de Caracalla a Roma, sino posicionar una sección de las legiones en contra. Durante la marcha de éste hacia Carrhae, fue asesinado por Iulius Martialis, siendo nombrado Macrino como sucesor del imperio romano.

A pesar de la crueldad de Caracalla, la historia no ha sido demasiado justa con él, la parcialidad con la que es tratado así como el rechazo que genera no ha dejado vislumbrar una gestión acertada en varios ámbitos. A la finalización de las termas con su nombre, le sigue una ley o Edicto de Caracalla por la que todos los habitantes libres de provincias adquieren el derecho de ciudadanos romanos, con ello permitía abastecer a las arcas públicas de la solvencia que precisaba para continuar las campañas bélicas. La acuñación de una nueva moneda también permitió aumentar la liquidez de las arcas para la financición pública.

 

Macrino (Abril 217-Junio 218)

©Trustees of the British Museum
 

Macrino, era el prefecto del pretorio en tiempos de Caracalla, pero en realidad era muy por encima de ese cargo leal a su antecesor Cayo Fulvio Plautanio. Plautiano había sido fiel a Severo por sus lazos sanguíneos y amistosos con el emperador, la estima y poder de Plautiano llegó a ser tal que la hija de éste se convirtió en esposa de Caracalla. A regañadientes Caracalla aceptó, pero intentó hurdir un plan para acabar con la vida de su esposa y suegro. Cuando Plautanio se enteró de lo que tramaba su yerno, intentó derrocar a los Severos siendo asesinado y borrado de la historia como enemigo de Roma.

Macrino, a la muerte de Plautiano ocupa diferentes cargos de la administración imperial culminados con su nombramiento de prefecto del pretorio, este cargo permitió que Macrino se ganara las simpatías de las tropas motivo por el cual encabezó el asesinato de Caracalla.

Tal y como habían hecho con Pertinax o Didio Juliano, los soldados nombraron emperador a Macrino bajo la promesa de una cantidad de dinero pactada por legionario. El senado ante un enfrentamiento militar acepta a Macrino como emperador de Roma.

Aunque Macrino intentó seguir los pasos de Marco Aurelio como modelo de perfecta gestión del Imperio, su enfrentamiento con los partos supuso romper la promesa de abastecer de dinero a las legiones entre otras cosas porque Macrino acordó pagar a los persas una gran cantidad de dinero para acabar con las hostilidades. Su ausencia de Roma permitió que un joven de escasos 14 años Vario Avito Bassiano (Heliogábalo), se presentara como heredero legítimo de Caracalla, hecho que culminó con la proclamación de éste como emperador. Macrino decide marcharse y reunir las tropas contra Heliogábalo con las que se enfrentará en Junio del 218, pero su derrota acelera un trágico final en el que le dan muerte a él y a su hijo.

 

Heliogábalo (218-222)

 
©Trustees of the British Museum
 

Si los pretorianos hubieran sospechado el futuro que les esperaba con Heliogábalo hubieran mantenido sin duda a Macrino. Pero cuando Heliogábalo con escasos 14 años se presentó antes ellos, perjurando que era el heredero de Caracalla, pensaron que sería mucho más fácil controlar a un niño que a un militar-político. Lo cierto es que Heliogábalo pertenecía a la familia de Caracalla pero no en los términos que él aseguraba. Su abuela Julia Mesa y su madre, habían sido obligadas por Macrino a un exilio forzoso en Siria, precisamente para ahuyentar cualquier conato de sublevación o legitimación de los herederos de los Severos. Ahora bien, con un Macrino fuera de Roma y con las legiones enfrentadas a su emperador, a la familia se les presentó la oportunidad perfecta y con escasos 14 años Heliogábalo fue proclamado emperador.

No obstante, tras la figura de este poderoso niño, madre y abuela supieron ejercer su poder en lo público, asegurándose de forma insólita un cargo como senadora o cónsul, algo extremadamente mal visto por sus homólogos hombres. Nuestro Marco Aurelio Antonino, nombre que se impuso tras su coronación, no tenía intención de dejarse llevar por nadie y empezó a asomar en plena adolescencia una personalidad excéntrica, morbosa y deshinibida. Teniendo en cuenta que Heliogábalo había sido sacerdote siendo niño del culto del dios sol de Oriente El Gabal, obligó a la ciudad de Roma a rendir culto del Sol Invictus como personificación suprema de Deidad, por encima incluso de Júpiter, hecho que desembocó en numerosas quejas y suspicacias.

 


Basamento del Templo de Heliogábalo en el Palatino

 

Para ello construyó un templo en el Palatino en el que hizo colocar una piedra sagrada venida de su ciudad natal (un meteorito) a la que rendía culto y que en el solsticio paseaba sobre un carro lleno de joyas tirado por 4 caballos blancos. Frente a él el emperador caminada de espaldas en una especie de frenesí y locura. Entre las muchas extravagancias de Heliogábalo, se cuentan sus 5 matrimonios, entre ellos con una vestal algo totalmente prohibido en Roma, y sus relaciones homosexuales con dos amantes. De hecho se habla de éste como el primer emperador trans de la historia por su afición a vestirse y maquillarse de mujer y por su intención de seccionar sus genitales masculinos. Pero lo cierto es que aunque hay cientos de historias en que lo retratan como a un ser odioso y enloquecido, lo más seguro es que estuviera exagerado para crear un efecto de rechazo.

Julia Mesa, su abuela, empieza a vislumbrar el malestar de las legiones que se ven ridiculizadas por su emperador, ante ello empieza a poner sobre la mesa el nombre de su otro nieto Alejandro Severo. Convence a Heliogábalo que nombre a su primo heredero de su imperio, pero aunque en un principio acepta, Heliogábalo nota como los pretorianos sienten más simpatías por éste que por él, por lo que le despoja de todos los títulos. En vano intenta acabar con la vida del pequeño de 13 años, hasta que finalmente la guardia pretoriana aclama el nombre de Alejandro como emperador, asesinando a Heliogábalo y a su madre.

Alejandro Severo (222-235)

©Trustees of the British Museum

 

Alejandro era primo de Heliogábalo y contaba con escasos 14 años cuando llegó al poder. Nombrado por el pretorio, Alejandro estaba fuertemente influenciado por su madre Julia Mamea y especialmente por su abuela Julia Mesa. Esta última había procurado dotar de una educación basada en la filosofía, los asuntos militares y el derecho con la intención que Alejandro fuera radicalmente diferente a Heliogábalo.

No obstante la juventud del emperador, permitía que madre e hija dispusieran de un gran poder en los asuntos de Estado y que Alejandro figurara como una marioneta fácilmente maleable. Casado a los 17 años con  Salustia Barbia, hija se Seyo Salustio, fue finalmente obligado a sellar el destierro de su mujer a Siria y al asesinato de Seyo, para evitar un enfrentamiento con las legiones afines a su suegro. Esta decisión parece obedecer a un deseo de su familia más que al propio quizás para evitar una manipulación del joven por parte de su familia política. En el campo de la administración pública devuelve la relevancia del panteón romano y se muestra más permisivo con la secta cristiana.

Tras su enfrentamiento con los sasánidas en el 233 y con los germanos en el 234, se inició un cierto malestar entre las legiones debido a las restricciones en los sueldos y en las pagas de los soldados que durante años habían sufrido recortes por las políticas de austeridad de la familia de Alejandro. La decisión de ofrecer regalos a los germanos para disuadirlos de un enfrentamiento fue el detonante que hizo estallar un motín en el campamento, siendo asesinados tanto Alejandro Severo como su madre, y siendo nombrado in situ a Maximino el Tracio como nuevo emperador.

 

Maximino el Tracio (235-238) - Gordiano I y Gordiano II

©Trustees of the British Museum
Maximino el Tracio
 

Maximino era un militar, exclusivamente eso, fue nombrado ante una situación difícil en la que las legiones no tenían una mejor opción. Maximino por tanto no fue aclamado emperador por méritos propios sino por un cúmulo de casualidades y suerte. A pesar de que había servido a Septimio Severo el grueso de su carrera militar lo había adquirido durante el imperio de Alejandro Severo, teniendo en cuenta que el emperador era muy joven debía rodearse de militares que le ofrecieran triunfos que celebrar, Maximino con una fuerza descomunal y sus 2 metros y medio de estatura debido al gigantismo, proporcionaba a Alejandro la seguridad frente a las legiones que precisaba. Ese fue el motivo por el que encabezó el el mandato de algunas legiones en el enfrentamiento con los partos y posteriormente con los germanos.

Proviniente de una familia campesina, es más que probable que sintiera cierto desprecio por el Senado y los aristócratas romanos, que veían en él un hombre sin apellido, un bárbaro, alguien indigno de su cargo, y aunque no pisó Roma debido a las campañas militares instauró un servicio de incautación de impuestos a las rentas más altas para financiar el coste de las legiones. Nombra a su hijo César, y por ende sucesor, e inicia una campaña en África para sofocar la revuelta en la que los poderes económicos habían nombrado como emperador al procónsul Gordiano, un anciano de casi 80 años, con un nombre y una estirpe honorable digna del cargo. 


Gordiano I ©Trustees of the British Museum

Gordiano I, fue visto desde Roma como la gran oportunidad de cambio, apresurándose el senado a aprobar su nombramiento. No obstante, desde Numidia el Gobernador se había posicionado en favor de Maximino.

Gordiano decide entonces enviar tropas de asedio con su hijo a la cabeza para acabar con la rebelión de Capeliano, el error fue mayúsculo y Gordiano II cae muerto, con él las esperanzas de una nueva dinastía para el imperio.

Gordiano II ©Trustees of the British Museum
 

El anciano Gordiano, en un ataque de pena y quién sabe si de arrepentimiento, se suicida. 

El Senado de Roma, inicia entonces el nombramiento de dos emperadores al mismo tiempo para que sofoquen y aplasten a las tropas de Maximino, pero no será difícil debido a la posición precaria de las legiones de éste y a la negativa de aprovisionamiento de grano por parte de las provincias. 

Con un panorama desolador, las legiones de Maximino se amotinan dándole muerte a él y a su hijo en el 238.

 

Balbino y Pupieno (Abril a Julio 238)

©Trustees of the British Museum
 

Tanto Balbino como Pupieno eran dos figuras metidas con calzador dentro del conflicto que se le planteaba a Roma, por tanto su imperio compartido duró escasamente tres meses. Tanto uno como el otro pertenecían a distintas familias con cierto renombre dentro de la sociedad romana, pero Pupieno más acostumbrado a librar batalla y a dirigir las legiones fue el encargado de sofocar los conatos de revuelta con las tropas de Maximino, por su parte Balbino se encargó de la administración desde Roma. El final de Maximino en mano de sus propias tropas creó un ambiente abierto de discrepancias entre ambos debido a que recelaban de los propósitos de cada uno, por ello cuando Pupieno entró triunfalmente en Roma, Balbino y él entraron en una discusión frente a los soldados que acabó con el asesinato de ambos. 

 

Gordiano III (238-244)

©Trustees of the British Museum
 

Ante un vacío de poder como éste el Senado se vio en la necesidad de proclamar a un nuevo emperador que estuviera legitimado tanto por los pretorianos como por el propio pueblo de Roma, siendo llamado a Gordiano III, nieto de Gordiano I.

Gordiano contaba con 13 años por lo que delegó en su mentor Timesteo casi el global de las decisiones administrativas y le otorgó el cargo de prefecto del Pretorio. Gordiano III se casó con la hija de Timesteo e inició una campaña de contención de las rebeliones persas y germanas que estaban asolando al imperio. La inestabilidad política sin duda propiciaba la época de revueltas y a pesar de la juventud y responsabilidad, Gordiano supo poner freno a los persas en su propio territorio obligándoles a retroceder. No obstante el nombramiento de Filipo el árabe como prefecto para suplir la vacante de su suegro que le acompañaba en las campañas, se consagró como la peor de las decisiones. Timesteo muere en extrañas circunstancias y Gordiano lejos de Roma, muere según parece por órden de Filipo.

 

Filipo el Árabe (244-249)

©Trustees of the British Museum

 

A pesar de que la duda de la muerte de Gordiano III recae sobre la persona de Filipo, no hay constancia de que su participación.

De orígen Sirio y de asendencia árabe, de ahí su apelativo, Filipo fue criado en un ambiente totalmente romanizado adoptando los nombres latinos de Marco Julio Filipo. Su familia había ocupado cargos de relevancia en la provincia de Alepo. Casado con la hija de un gobernador romano, tuvo un hijo varón que intentaría fuera su heredero en el imperio nombrándolo César. 

Con una ascendente carrera militar durante el reinado de Alejandro Severo, propiciada en parte por la descendencia oriental de la dinastía Severa, logra afianzarse del cargo de prefecto del pretorio y de jefe de las legiones Mesopotámicas, la muerte prematura de Gordiano III y de su mentor Timesteo, hace que las legiones lo proclamen emperador. 

Con la necesidad de que el senado apruebe su nombramiento deja a su hermano como comandante de las tropas orientales y vuelve a Roma. Apoyado por el senado pero con muchas complicaciones en Panonia, decide marchar contra las tribus germanas repeliéndolas en la frontera, no obstante los militares a sus órdenes deciden amotinarse durante diferentes periodos intentando nombrar a nuevos emperadores con el objetivo de recibir mejores remuneraciones. 

Filipo coloca a Decio como gobernador de la provincia con la esperanza de disponer de un aliado que acabara con las insumisiones del ejército, durante su estancia en Roma inicia las celebraciones del milenario del nacimiento de la ciudad pero su felicidad durará poco. Las legiones de Decio lo nombran emperador iniciando una marcha que concluirá en el 249 en Verona, cuando Decio aplasta a las tropas de Filipo acabando con la vida del emperador y de su hijo.

 

Trajano Decio (249-251) y Herenio Etrusco

©Trustees of the British Museum

 

A pesar de los escasos años de reinado de Decio, podríamos decir que fue un emperador de gran valor y al menos con honorables intenciones de restauración del órden. Procedente de una ilustre familia de Panonia, y habiendo ocupado cargos muy relevantes como el de cónsul o Gobernador en Hispania Tarraconensis, Decio había sido fiel a los juramentos a Filipo que lo había colocado como comandante y gobernador de las legiones de Panonia. No obstante el descontento de una facción importante de los soldados apostados en Panonia, hicieron que fuera nombrado emperador aunque él a regañadientes seguía proclamándose fiel a Filipo.

Aun así, con su proclamación como portante de la púrpura, inició una serie de medidas entre las que se hallaban la restauración de la religión pagana y la contención de las incursiones germanas del norte, para ello nombra de coemperador a su hijo mayor con el que trabajará para conseguir tales propósitos. Asimismo inició la construcción de edificios públicos y la reforma de otros dañados con anterioridad. 

 

Herenio Etrusco ©Trustees of the British Museum

 

Decio fue uno de los emperadores con peor recuerdo para los cristianos, una plaga que quitó la vida a miles de personas y la obligatoriedad de hacer sacrificios a los dioses paganos bajo penas de muerte, consagró a Decio como "el tirano feroz". Aun así es más que probable que su intención fuera la de retomar los mandos de un imperio que durante 50 años había ido a la deriva, inspirándose en la tarea realizada con mano ferrea de Trajano, nombre que él había adoptado para su nombramiento como emperador.

Las incursiones bárbaras en Filipópolis obligaron a ambos emperadores padre e hijo a marchar para sofocarlas, y aunque en algunos momentos de la contienda la posición de Decio se erigía como ganadora casi con total seguridad, un fallo en la localización de la batalla (Abrito, Bulgaria) permitió que los germanos acabaran con las legiones romanas. Un terreno pantanoso y un tiro certero que mató al hijo de Decio casi al inicio, acabó de minar los ánimos romanos, siendo derrotado y muerto el emperador en el fragor de la batalla.

A pesar de que Prisco, hermano de Filipo, había intentado ser proclamado emperador con el respaldo de las tribus germanas, mientras Decio seguía con vida, lo cierto es que no le dio tiempo pues murió antes de ver hechos realidad sus planes . Por ello, desde Roma es proclamado emperador Treboniano Galo, quien en un ejercicio de prevención de conflictos adopta al segundo hijo de Decio como coemperador.

 

 

 

Miembro de: