Sobre el culto grecorromano a Isis

 
Templo de Isis en Pompeya

Introducción

Una de las particularidades de la historia del culto romano, es una cierta inclinación hacia la fusión religiosa con otras culturas por las que sentían cierta admiración, este hecho también fue palpable durante la época de dominio Macedonio, a través de un Alejandro Magno totalmente entregado al culto oriental y principalmente egipcio, donde dio rienda suelta a sus delirios en cuanto a su origen e influencia divina. 

Teniendo en cuenta la extensión del imperio ya en el s.I a.C, no es de extrañar que a través de las redes de comunicación y de las transacciones comerciales se instauraran determinados ritos de iniciación a cultos extranjeros que poco a poco se fueron integrando en la sociedad, hecho respaldado en cuanto que Octavio, en su afán de restauración de los cultos originales romanos, insta a la sociedad a volver a sus dioses primigenios y a abandonar los foraneos, como parte de una política de contención y de imagen modélica de obligado cumplimiento incluso para su propia familia.

Aun así y a pesar de esa voluntad de cambio, hubieron deidades que permanecieron ancladas en la cultura romana y que incluso fueron exportadas por los territorios del imperio, una de ellas, sin duda el culto a Isis.

 

Isis, ¿por qué?

Representación de Isis en Egipto y durante el imperio romano
 
 

Esta diosa egipcia representa muchos aspectos del ideario femenino, perfecta esposa y solícita madre encarna en sí misma la maternidad, la protección y la tenacidad en pro de la familia. 

Hija de Ra, iconográficamente se le representa con la imagen del trono o con el disco solar, el nombre de Isis es una adaptación en griego de su nombre egipcio (Ast), y su mito va relacionado estrechamente con su condición de esposa de Osiris y madre de Horus.

El mito nos cuenta que siendo esposa y hermana de Osiris reinaba Egipto como consorte de su esposo, pero en uno de los viajes que Osiris realizó dejó al mando de Isis el control de todo Egipto, despertando así las iras de Seth. 

A la vuelta de su viaje, Seth tiende una trampa para matar a Osiris, haciéndole entrar en un cofre hecho a su medida, para posteriormente cerrarlo y tirarlo al Nilo. Isis logra recuperar sus restos del caudaloso río pero Seth descuartiza el cuerpo diseminando sus restos en diferentes localizaciones de Egipto. En un peregrinaje sombrío y duro, Isis recupera todos los trozos a excepción de sus genitales. Anubis, personificación de la muerte, ayuda a Isis a unir los trozos que servirán para que ésta pueda engendrar a su hijo Horus, destinado a dar muerte y vengarse de Seth.

Esta historia permite dotar a Isis de las características propias de las grandes diosas madres, imagen que le acompañará en muchas de las estatuíllas halladas en tumbas y yacimientos, sosteniendo entre sus brazos al pequeño Horus. 

Los romanos posteriormente adoptaron a Isis reconvirtiéndola con el aspecto y ropajes propios, de esta forma su culto era más apropiado y mejor visto si cabe, representándose en muchos casos al igual que en Egipto, como madre abnegada y protectora. La imagen de Isis con apariencia romana, sin duda, estableció las bases de la iconografía cristiana de María como madre de Dios, portando al niño sobre sus rodillas y como representación de la maternidad, esto último fue necesario para acabar con el mito pagano arraigado en las primeras sociedades cristianas, sustituyendo los templos en su nombre en iglesias y dando un significado cristiano a las esculturas clásicas, sustitución en vez de eliminación.

 

Características de reconocimiento

Ankh (símbolo vida)                                              Tyet (nudo de Isis)
 

Una de las características de representación de Isis, es el "Tyet", muy parecido a la cruz egipcia llamada "Ankh" que representa la vida eterna, el Tyet tiene distintivamente los brazos hacia abajo formando el llamado "nudo de Isis", este símbolo va estrechamente unido a la Diosa, motivo por el cuál los romanos en las esculturas o pinturas murales representaban tanto a la Diosa como a sus sacerdotisas con la túnica anudada bajo los senos formando la imagen identificativa del Tyet en conjunción con brazos y cabeza.

Otra de las particularidades de Isis es que en ocasiones porta un sistro (instrumento musical) y la sítula (vasija) con las aguas sagradas del Nilo, otras en cambio se le representa con el Caduceo (vara con dos serpientes) en su condición de equilibradora y regeneradora.

A pesar de ser foranea, los griegos y los romanos la relacionaron con Ceres, Minerva, Hera o Proserpina.

Los misterios

Los templos destinados a Isis recorrieron el imperio de Norte a Sur y de Este a Oeste, designándolos con el nombre de Iseum. 

A pesar del intento de Octavio de acabar con su culto, quizás por su enfrentamiento a Cleopatra, muchos emperadores posteriores se rindieron a su deidad, en especial el excéntrico Calígula quién de forma pública inició los misterios de Isis. 

Estas celebraciónes místicas, tenían un carácter iniciático, debido a las propiedades ocultistas de la Diosa, pues Isis era adorada por su dominio de la magia, de la vida y la muerte y por tanto se le atribuían ciertos dones curativos que aseguraban la peregrinación de fieles.

A pesar de su popularidad, el acceso a la cella de la Diosa estaba sólo permitida a sacerdotes y sacerdotisas consagradas a ella y fácilmente identificables por portar túnicas de lino, y por el rasurado total de la cabeza masculina, los seguidores por tanto portaban alimentos y libaciones que se quemaban frente al templo, en las áreas consagradas para tal fin.

Delos Templo de Isis

 

Su condición de instigadora de la crecida del Nilo, por el efecto de sus lágrimas ante el asesinato de Osiris, la relacionó drectamente con las propiedades purificadoras del agua, por lo que las sacerdotisas portaban una pequeña vasija, llamada "sítula" con el preciado líquido que esparcían con una varilla de cabeza redondeada, llamada "hisopo" a los congregados. Estas vasijas también eran portadas a modo de regalo a la Diosa por los propios fieles.

 

Baelo Claudia, Templo dedicado a Isis

Conclusión

Muy al contrario de lo que podría ocurrir con otras religiones y culturas monosteístas, el panteón griego y romano se nutrió de las influencias venidas de otros continentes que a su vez enriquecieron su propio culto. El respeto a los mitos ancestrales permitió que la sociedad romana hiciera suya lo que miles de años antes hacía pertenecido al pueblo egipcio, y construyó en su nombre decenas de templos consagrados en su nombre. 

Todas las religiones han dispuesto de una figura femenina que personificara la reproducción, ésta debía procurar las cosechas, amamantar a los principales dioses y debía ser la precursora de la vida en un ciclo sin fin. Encubierta con diferentes nombres siempre se mostraba solícita a un destino caprichoso y a veces fatal, mostrando aspectos de personalidad que forjaran un modelo femenino en una sociedad cada vez más abierta al libertinaje sexual y personal, por ello Isis entró como lo que era, una diosa madre que sirvió de inspiración a los cultos del futuro y que tuvo cabida hasta en las élites más herméticas. 

Isis sigue siendo una diosa de culto y su nombre sigue representando el respeto ancestral de la condición femenina.

 

Mireia Gallego

Julio 2015

 

 

 

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