By Rijksmuseum - https://hdl.handle.net/10934/RM0001.COLLECT.625634, CC0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=84987687

 

La practicidad, sin dudarlo, es una de las características más valorables del mundo romano, los helenos y las civilizaciones orientales fueron precursoras de muchos aspectos que tenían que ver con elementos tan dispares, como la ciencia, el arte, la religión y la arquitectura, pero los romanos supieron coger el testigo cedido y llevarlo a una escala más humana, más socialmente extendida. Si habéis tenido la suerte de pasear por los restos del Foro romano habréis podido disfrutar de la sensación que produce ver las dimensiones y la arquitectura clásica en una espléndida decadencia, pero pasan desapercibidos restos que o bien son pequeños fragmentos o basamentos de estructuras difícilmente apreciables a primera vista, ocurre con los rostra, con la lapis niger o con el Volcanal por ejemplo, si no sabes qué son o dónde se ubicaban cuesta interpretarlos.

 

Durante el imperio de Augusto, el príncipe llevó la construcción a otro nivel, hubo una fijación en reconstruir o reinterpretar Roma y sus provincias y de alguna forma poner a la ciudad en un centro perfecto respecto a todo el imperio, de hecho Roma pasó de ser ladrillo a mármol, algo que marcaría a todos los herederos posteriores que siguieron embelleciendo la ciudad. Para que veáis hasta qué punto usó la arquitectura como elemento propagandístico y urbano sólo debemos echar un vistazo a las construcciones ordenadas o instigadas por él: Su propio Foro, el Ara Pacis, el reloj de Sol, el Pórtico de Octavia, el Teatro de Marcelo, las reformas del templo de divino Julio, y un larguísimo etcétera sin incluir todo lo construido en las provincias, ejemplos de ellos a centenares en Hispania y la Galia. Augusto vio que para ser grande debía crear a lo grande. 

 

Independientemente de esa arquitectura majestuosa, Augusto construyó dos elementos muy prácticos, el reloj de sol, junto a su Ara pacis, utilizando como aguja uno de los obeliscos traídos desde Egipto y el tema de hoy: el Milliarium aureum en el Foro Romano.

 

Localización

El milliarium Aureum por tanto era el miliario más grande y estaba en el centro del Foro, junto al Templo de Saturno y los rostra. A partir de aquí todo son conjeturas, los autores clásicos nos informan escasamente de su apariencia, parece ser que era de unos casi 4 metros de alto con un diámetro algo superior a 1 m construido en mármol, no obstante aureum significa dorado en latín, por lo que o estaba recubierto con bronce dorado o bien las letras eran de este material. El problema es averiguar qué ponía.

 

 

Hay autores clásicos que nos indican que las millas romanas desde la urbs partían de las puertas de entrada de las murallas, la intención de Augusto por lo tanto es que partieran del eje que marcaba el umbilicus mundi y el miliario, todo esto como os digo son conjeturas con diferentes hipótesis. Es posible que el miliario indicara las principales vías de la ciudad y el nombre de sus responsables técnicos, o personas que se encargaban de mantener su buen estado , o las ciudades más importantes de la península Itálica, o incluso hay quién asevera que únicamente portaba el nombre de Augusto. En cualquier caso el miliario marcó el origen de todos los caminos, aquellos que aun hoy decimos que conducen a Roma y que en siglos posteriores se trasladó como símbolo al Milión de Constantinopla. Quizás algún día localicemos en el mapa de la "Forma Urbis" el fragmento que completa la zona para saber algo más sobre una simple construcción romana que señalizó el centro del mundo conocido.

 

 

Mireia Gallego

Septiembre 2020